martes, 7 de junio de 2011

El Inca y el Capac

Hace muchos siglos atrás, en la época del Inca Sinchi Roca, conquistador de los Cujumarcas y los Aymaras; cuenta la leyenda que éste tenía un Guanacuc (mago) de Carácter pérfido y lleno de intrigas y misterios.
El Guanacuc  quería eliminar al Capac (señor), llamado Titu, quien era la mano derecha del Inca, ya que había ayudado a calmar una sublevación fuera del Cuzco.
Después de una larga discusión con el Inca, el Guanacuc concluyo diciendo: - “Señor, yo se que es un espía infame, pagado por los enemigos de nuestro señor, hijo  del gran dios Sol,  para atentar con su preciosa y valiosa vida”.
El Guanacuc, hiso un respiro al hablar y continuo: -“os ha hecho ganar las batallas pero ¿quién sabe si su lealtad no es una mentira?”
Estas últimas palabras convencieron al Inca, llenándole de desconfianza, rencor y desprecio, por el Capac.
“Guanacuc”, - dijo el Inca alterado – “tienes razón y tal vez haya venido ese traidor a Machu Picchu, a quitarme la vida, lo cual seria fácil ganándose mi confianza.”
Cuando el Guanacuc Vio al Inca en disposición de animo que quería, añadió diciendo que el medio mas seguro de librarse del traidor era arrestar al Capac y cortarle la cabeza, honroso designio aceptado por Sinchi Roca.
El Inca mando llamar A Titu, y el Capac se presento en Machu Picchu.
- “¿Sabes por que te he hecho venir aquí?” - pregunto Sinchi Roca Al Capac – “no, mi señor, ¿qué crimen he cometido?” – pregunto exaltado Titu.
- “he sabido que eres un espía y quieres matarme, pero para evitarlo, mejor te quito la vida yo primero.
El Capac recurrió a la suplica y le dijo: - “señor por favor prolóngame la vida, que vuestro padre el dios Sol la prolongara a usted.
El Inca se negó totalmente y mando al verdugo que le vendara los ojos, las manos y le cortara la cabeza.
El Capac estando de rodillas le dijo: -“mi señor, puesto que usted no quiere rehusar la horrible sentencia, me deje ir a mi casa, dar el a dios a mi familia y darle un quipu mágico de regalo, que es digno de figurar entre muchos tesoros.
Pues, después que me hayan cortado la cabeza y usted cuente con los dedos los primeros ocho nudos, mi cabeza responderá todas las preguntas que usted haga.”
El Inca Sinchi Roca lleno de curiosidad y ambición, deja que el Capac vaya a su casa a cumplir con toda la diligencia.
Titu Capac compareció en el momento indicado, camino hacia el trono y entregando el quipu a manos del Inca, pidió clemencia.
-“Tus ruegos son inútiles, quiero tener el placer de oír hablar a tu cabeza.” – contesto el Inca cn una sonrisa irónica y diabólica.”
La cabeza fue cortada diestramente, con un cuchillo largo de hueso pulido, que cayo en un plato grande de oro y la sangre que salió disparada, al caer al plato dejo de chorrear.
Con asombro vieron que la cabeza de Titu Capac Volteo con los ojos bien abiertos y hablo: - “señor cuente los nudos del quipu por favor, que vera algo asombroso.”
El Inca observó los nudos y cada vez que los contaba, sentía un pequeño punzón en los dedos que siempre se los llevaba a la boca.
Al terminar los ocho nudos, el Inca miró a Titu, y este con un gesto le dijo que siguiera contando, el Inca siguió contando, y después de un momento, una agitación de desesperación se apodero de Sinchi Roca, convulsionando y botando espuma de la boca, cayo a los pies del trono.
Entonces la cabeza exclamó fuertemente y acento sepulcral: - “¡Tirano! así deben perecer los Incas que abusan de su autoridad, sacrificando inocentes.

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