miércoles, 23 de marzo de 2011

La moto

LA MOTO
Una moto, el gran sueño de Pablo, lo había realizado con mucho esfuerzo, largos y duros años de trabajo, juntando cada moneda, caminando de ida y vuelta a pie, desde magdalena a Surco donde residía, las amanecidas y los fines de semana repartiendo volantes de los diversos conciertos que habían , soportado humillaciones de ex compañeros de la escuela al verlo así, sudando el dinero que necesitaba para comprarse esa divina maquina, ahora la observaba detenidamente, en un estado de trance, recorría con la vista todas las partes y piezas de su nuevo juguete, el color bronce metálico de la carrocería, que le daba vida a la nave, porque ¡era su nave!, con ella podía ser la envidia de todos conquistar a la chica mas bonita de su barrio, panudearse corriendo por la avenida, en las noches tener un trabajo mejor con muy buen sueldo, esa maquina era lo que siempre había querido.

Cuando su madre vio la moto, soltó en llanto, no de tristeza, ni de alegría, sino de cólera por esa monstruosidad, siempre se opuso a esa compra y a que saque el brevete, le decía que mejor se comprar un revolver y un cajón en ves de eso, pablo no le daba importancia a la opinión de su madre, cada vez que Pablo salía en la moto de su amigo, a la madre le daba un escalofrío que ella terminaba bendiciéndolo
Cuando salía en la moto de su amigo, a la madre le daba un escalofrió que siempre lo bendecía.
Al día siguiente de la compra, muy temprano Pablo fue a la cochera de su casa, donde había guardado la moto, levanto la funda que la cubría, la miró y le paso el trapo para sacarle los últimos residuos de polvo que tenía. Su madre lo llamo para desayunar,  y lo miro ahí, en cuclillas, hablándole a la moto, parecía enamorado de ella, se entristeció y dio  un suspiro, volvió a llamarlo con voz fuerte y tajante, ¡Pablo a desayunar! , ya mamá, voy en un minuto, déjame acabar con esto, tiene que estar lista para esta noche, la voy a estrenar, dijo Pablo emocionado, si pablo hasta que te estrelles, Dios no quera que suceda eso, dijo la madre fastidiada, ¡ya mamá! no empieces con tus sermones eso me irrita y tú lo sabes, ¿Porqué no abres los ojos y no te das cuenta que ya no soy un niño?, todos los muchachos ya tienen carro y moto y yo siempre he soñado con tener este juguete, así que no me molestes por favor, he trabajado mucho para esto y si me estrello me estrello pues, contesto Pablo furioso, cogió un pan y salió azotando la puerta fuertemente
Al llegar a la universidad, Pablo entró al salón, y se encontró con sus amigo, empezó a comentar y alardear sobre su moto con ellos, sus amigos lo fastidiaban, de broma una chica le dijo, esta noche vamos a ver la moto de tu amigo como nos hiciste creer una vez, sus amigos se rieron muy fuerte, Pablo volteo y con una sonrisa irónica le contesto, Stephanie, si quieres la inauguramos juntos, Stephanie, con una mirada de desprecio le expresó unas palabras hirientes, ni lo pienses niño, nunca montaría una moto contigo, ni aunque fuese la mas veloz y la mas bonita, sus amigos se volvieron a reír, Pablo arrocado, bajo la mirada y se trago la saliva que se le había acumulado en la boca por la impotencia de poder hacer algo. Aso el día y al llegar a casa, almorzó lo mas rápido que pudo, y fue a la cochera  a darle los últimos toques a su moto, subió a su cuarto y selecciono la ropa que iba a estrenar esa noche, quería impresionar a todos, sobre todo a Stephanie, la chica que siempre había tratado de conquistar (aunque haya pasado por todos los chicos del salón el sentía algo especial por ella), fue al teléfono y llamo a su mejor amigo, Felipe, habla Bross, vamos a estrenar mi moto esta noche, apuesto que corre mas que la tuya, a Pablo le gustaba como su corazón se le aceleraba cuando decía “mi moto”, ¿Tienes una idea en donde la estrenamos? Pregunto Felipe, Pablo respondió, vamos a KEOPS, La discoteca,  donde paran todos los pituquitos, Felipe lo corto diciéndole, primero vamos a recoger a Ana y Jadira que nos quieren salir con nosotros, ya ok respondió Pablo efusivamente, colgó el teléfono y se fue a asearse, se puso ese blackjean ancho que tanto le gustaba, ese polo de marca Vision, único en su especie, bien skater, las zapatillas Adidas de modelo gacela que tanto le costo conseguir, estaba preparado para conquistar al mundo en su maquina, bajo corriendo las escaleras, en dirección a la cochera y aprovechando que su madre estaba en el tercer piso, prendió un dubis y se lo fumo  hasta la mitad, observo detenidamente su moto, detalle por detalle, para arriba y para abajo, estaba como extasiado, abrió la puerta de la cochera y saco la moto, se dirigió al grifo para llenarle el tanque, después se fue al cajero a sacar mas dinero, se acordó que no se había despedido de su madre, que no había recibido su bendición , se quedo pensativo por un momento y haciendo una mueca de desacuerdo decidió no darle importancia y dar rienda suelta a su espíritu aventurero.
La madre al escuchar el motor de la moto, bajó hacia la cochera, pero llego tarde ya se había ido, sintió una aflicción seguida de una profunda punzada en el corazón, se persigno y se fue a terminar el tejido que hacia, después de un buen rato se quedo dormida.
Pablo llega al punto indicado, a los 20 minutos, aparece Felipe, eran ya las siete de la noche, era momento de empezar, ¿Listo para la aventura?, le pregunta Pablo a Felipe, claro hermano, responde Felipe juagando con el acelerador de su moto.
A las pocas cuadras del sito donde tenían que recoger a Ana y Jadira, Pablo y Felipe quisieron picar las motos en una avenida larga, pero no podían porque había mucho trafico.
En una boca calle, dieron la vuelta y se dieron cuenta de que esa calle era una línea recta muy larga, después de un pequeño reconocimiento a cierto trecho de la calle, regresaron a la boca calle y al conteo de tres aceleraron las motos al máximo, la calle si era bien larga y acaba en un muro de concreto, al llegar y desacelerar (los dos llegaron empates), se percataron de que un Policía motorizado los había estado siguiendo, Pablo quiso volver a acelerar, pero, no lo hizo por no causar problemas, el policía bajo de la moto y se les acerco, con una voz ronca y aguardentosa, les pidió los documento, A ver sus brevetes y las tarjetas de propiedad, Pablo y compañía las sacaron temblorosos y las mostraron, el policía miro los documentos los miro a ellos, (hizo ese ritual como tres veces), y le dijo con voz marcial, sus documentos están en orden, pero los he visto correr y eso eta prohibido, los debería multar pero veo que son chicos buenos, así que se los pasare por esta vez pero no quiero verlos por aquí de nuevo, no jefe no lo hará, contesto en voz baja Felipe, con una sonrisa irónica, que el policía no lo escucho, prendieron las motos y se fueron a recoger a las chicas.
Una vez emparejados, pasearon por los distritos más fichos de Lima, dieron vueltas por el Ovalo Pacifico en Miraflores, hicieron un pequeño tour por San Borja, observaron el pentagonito de noche, las motos hicieron bulla por todo el centro comercial el Polo, subieron la av. Raúl Ferrero camino a la Molina, pasearon por la rotonda de la Molina, unos Guardianes de la Universidad San Ignacio les tocaron el pito.
Saliendo a  la Av. Javier Prado, vieron la hora y como era casi la media noche, se dieron cuenta que la Javier Prado esta ligeramente con autos y decidieron bajar y picar las motos por la avenida sin para hasta la av. Arequipa, las chicas gritaban de emoción, Pablo sentía su corazón libre, y acelerado a la vez, un sueño echo realidad.
En la av. Arequipa enrumbaron hacia la avenida Conquistadores, en donde quedaba la KEOPS, discoteca de moda, donde solo los adinerados y juergueros de Lima les eran permitidos la entrada, había un montón de carros y motos afuera del local, gente aglomerada en las maquinas, que no dejaba de admirar la nave de Pablo.
Stepahanie estaba en un  grupito donde tenían motos muy bonitas y rápidas, eran los tipos que se encargaban de las carreritas clandestinas en la costa verde. Hola Pablo como estas, esta muy bonita tu moto, pero que haces con esa perra, dijo en tono celosos y burlesco, Pablo y Ana la quedaron mirando y pasaron de largo, Stephanie rio fuertemente.
Felipe y Pablo estacionaron sus motos al otro lado de la calle, un tipo alto, musculoso, con pinta de mecánico frustrado, se le acerco, era la pareja de Stepahanie, su nombre era Piero, habla amigo veo que tu moto esta lista para correr que tal si hacemos unos piques, por acá hay un circuito urbano para hacerlo, Pablo al verse comprometido, observó a Stepahanie que tenia una sonrisa malévola, luego vio a Piero con mirada retadora, él no quiso quedarse atrás e impulsivamente acepto, enrumbaron hacia la zona del olivar en San Isidro y dieron una vuelta de reconocimiento, era una pista larga con varias curvas y que terminaba en una calle de un solo sentido, donde solo al final del camino había una pared de concreto.
Colocaron a Stepahanie y Jadira una cuadra antes para que dieran la señal de que se acababa el camino y pudieran maniobrar, al principio de l circuito, ambos destaparon una cerveza, Piero saco un dubis y lo fumaron, haciendo el ritual de la “baticheleada”, y se colocaron en posición de partida, las motos rugían una y otra vez, Ana se coloco en medio para dar la señal de arranque, ambos se miraban de reojo, los tubos d escape reventaban con el sonido del motor, a la cuenta de tres Ana soltó el pañuelo y los dos motorizados arrancaron.
Pablo tomo ventaja de dos metros, el otro chico acelero al máximo, alcanzando a Pablo, se miraron cara a cara, a pesar de los cascos se podía percibir el odio repentino de los dos contrincantes, Pablo hizo una maniobra que dejo alelado a Piero, sacándole ventaja, para ser novato maniobra bien pensó Piero.
Pablo acelero al máximo, su moto y al ver a su costado que no había nadie, volteo la cabeza hacia atrás, observando la gran ventaja que había sacado, eso quería que había ganado, que su moto no le había fallado, estuvo un largo rato mirando hacia atrás que no se percato, de la señal que le hacia Jadira, al reaccionar , puso la mirada la frente, pero fue demasiado tarde, solo se escuchaba un fuerte choque contra la pared, en el momento que Pablo se estrellaba contra la pared, la madre despertó exaltada y sudando frio, con un dolor muy fuerte en el pecho y con molestosas lagrimas en los ojos.



viernes, 18 de marzo de 2011

vencer o vencer

“VENCER O VENCER”
Eran las 8:00 p.m., y Sergio estaba en su cuarto, echado en su camarote, con la luz apagada, mirando el catre de arriba, con esos ojos grandes y pupilas negras, de mirada profunda; la mente se le revolvía al pensar, porque se había metido en ese enredo.
¡Qué  estupidez¡- pensó en voz alta, solo porque  su familia, creía que se estaba volviendo adicto a la cocaína, lo obligaron a servir en la infantería de marina. Pasar dos años sin ver la calle, él que estaba acostumbrado a estar fuera de casa muchas horas del día y aunque sí, una que otra vez había consumido coca, no se consideraba adicto como muchas personas de su entorno que lo hacían a diario.
Le costo mucho hacer que su cerebro soportara estar entre cuatro paredes, pero ahora lo había conseguido.
¡Ay la vida es muy paradójica! se volvió a decirse a si mismo, pero esta vez en voz baja, parpadeaba muy despacio como disfrutando la vista del catre encima de el, paradójica si, ahora se encontraba recibiendo ordenes de un montón de superiores que no eran de su nivel social, y pensar que siempre había sido un chico rebelde, contestón, no le quedaba mas que aprender a callarse, a ser respetuoso y a aguantar todo en el encierro.
Su mente ahora se enfoco a otras ideas, otros pensamientos, la misión que le habían encomendado, era una misión riesgosa, pero tenia que cumplirla, de pronto  le vino la sensación de amargura al recordar cuando sus superiores lo golpeaban al saber que vivía en una zona “pituca” de Surco; pero dio un suspiro cuando la imagen mental cambio de pronto al reflexionar, que después de todo tenia buena suerte, porque había terminado con honores su promoción. La alegría de saber que quedo en segundo puesto en el curso de infantería trajo a su memoria la figura de su capitán al darle la medalla y el diploma al mejor “franco tirador” y al más inteligente y valeroso soldado en el curso de supervivencia.
Ni bien había salido del tobogán del tiempo, comenzó a tomar conciencia que lo habían nombrado líder de un comando de asalto, a un sitio estratégico e importante, para ganar una estúpida guerra que la había iniciado el dictador del país.
Tenia que enfrentarse a su peor pesadilla, un verdadero conflicto armado, esta vez se trataba de seres humanos de verdad… con profesionales de la guerra iguales a él, pero de otro país, no era un simulacro, era realidad.
Sergio se sentía confiado, pues el era el tipo calificado para esta misión, pero no sabia cual seria el movimiento de sus enemigos. “vencer o vencer”, era la frase que su conciencia le decía, frase que le daba vueltas en la cabeza, frase que a golpes aprendió, De pronto se quedo dormido.
A las cuatro y media de la mañana, la diana despertó a Sergio, se levanto con una sonrisa irónica de satisfacción, se metió a la ducha; el agua fría relajo su mente; después de un pequeño lapso que le tomo el baño, se vistió y de nuevo al ritual, cogió su arma, un fusil ametralladora semi-automática, modelo “AKM”, buena en tiros directos,  la alzo y  sintió que el arma ya era parte de su cuerpo. Sonrió y se sintió seguro, puso el murral en sus hombros y salió con dirección al bote de goma fluvial, especial para los ataques sorpresa, le llamaban “ZODIAK”, él la llamaba su trinchera móvil.
Subió al “ZODIAK”, y saludo a todo su escuadrón, que constaba de 4 hombres; un lanzagranadas, el Sargento que dirigía la nave, el que manejaba  la radio y un francotirador que asumía el puesto de logística.
Después de un largo viaje por el rio Santiago, rio fronterizo con el vecino país de Ecuador, hoy uno de los responsables de esta estúpida guerra, sin sentido; Sergio pregunto la hora, son las cinco con 10 minutos, señor, respondió con tono marcial el operador de logística, ¿cuánto falta para llegar al punto?, volvió a preguntar, después de un largo trecho de navegación.
¡Exactamente cuarenta metros, para llegar a la zona de desembarque, señor!, volvió a responder el operador de logística, ¡Bien, preparen el equipo y que Dos nos bendiga, dijo Sergio Calmadamente.
Estaba seguro de que si la misión era descubierta, ellos serían carne de cañón y morirían en un instante. Saco un cigarrillo del paquete que tenia en el bolsillo de la camisa, lo prendió, aspiro y luego lo expulso lentamente, atento a ciertos puntos de la orilla del rio, para ver si no había enemigos alrededor.
Faltando quince metros, para llegar al afluente de los ríos Paute y Zamora, que formaban este gran rio Santiago, reconoció que ya no estaban en territorio peruano, sino del enemigo.
De un momento a otro percibió un resplandor que lo puso en guardia, recordó la sensación producida por los efectos de la cocaína, consumida antes y se puso nervioso, ¡relájate! se dijo así mismo en voz muy baja.
Era una lancha acorazad adaptada a zonas fluviales. Una voz lejana y ronca se escuchaba dirigiéndose a ellos.
En nombre de la república ecuatoriana, identifique el vehículo. Sergio, sabia que ya habían sido descubiertos, a la vez que observaba cuan armados estaban los enemigos, pero la frase VENCER O VENCER que se le vino a la mente, lo hizo tomar una decisión.
¡Granadero, lance su carga hacia la proa de la nave enemiga!, le dijo al lanza granadas en un tono de voz muy tenue, ¡sargento dirija el “ZODIAK” directo a ellos!, ¡pasaremos sobre ellos!, ¡VENCER O VENCER!, grito con todas sus fuerzas, ¡VENCER O VENCER! Volvo a gritar con más fuerza.
El sargento que dirigía el “ZODIAK” puso a toda velocidad la nave, tenia en cuenta que mientras mas velocidad tenia, podía esquivar mejor las descargas enemigas.
El granadero hizo su primer disparo; el objeto impacto en la proa de la nave enemiga; un soldado ecuatoriano voló por los aires cayendo pesadamente al rio a la vez que los otros solados enemigos descargaban toda su artillería en contra del “ZODIAK”.
El “ZODIAK” paso por un costado del acorazo, y varios solidados enemigos apuntaron sus armas hacia Sergio y su comando, la tripulación del ZODIAK se lanzo al rio para abordar la lancha acorazada, cuando Sergio se tiro al rio, tuvo la sensación de un dolor muy fino que le atravesaba la cabeza.

Sergio despertó sudando frío y sobre exaltado, al sonido de la diana, se levanto, se aseo y vistiéndose relajó su mente, al afirmar que todo había sido un mal sueño, pero sabía que por dentro estaba asustado.
Cogió su equipo y se dirigió al “ZODIAK”, todo transcurrió normal desde que partieron de la base, eran ya las cinco y cuarenta de la mañana, melosa por la  brisa lacustre. Ingresaban al territorio enemigo cuando sin preverlo vio dos lanchas acorazadas acercándose a su bote.
En un minuto evoco el sueño que tuvo hace poco, a la vez que la frase “vencer o vencer” sonó a sus oídos.
Empezó a sudar frio, los ojos se le quebraros, volviéndose amarillentos y brillosos a través de lagrimas que trataba de contener; automáticamente metió las manos en el bolsillo de la camisa y trató de coger uno de los dos objetos que tenia, un cigarro o el pañuelo blanco, mientras tomaba la decisión correcta, tomo el pañuelo firmemente, pensando si lo sacaba o no, cuando el radiotransmisor sonó y el encargado tomo el fono, enseguida transmitió la orden a Sergio, mientras el soltaba el pañuelo dentro del bolsillo y sacaba el cigarrillo, acompañado de una sonrisa y una esquiva mirada a sus hombres.
Simulando Tranquilidad, les dijo, con voz segura y sin poner nervioso a sus hombres ¡Amigos daremos la vuelta!, ¡la misión fue abortada!, en este mismo instante nuestros gobernantes están firmando el acuerdo de paz pero, ¿EL PUNTO ES NUESTRO?
Con estas palabras prendió el cigarro y hablando consigo mismodio las gracias a Dios porque sus superiores nunca sabrían que el iba a preferir su vida y la de sus hombres a una estúpida frase acuñada para una estúpida guerra “VENCR O VENCER”.